Un poco de historia: el comienzo de la Lotería Nacional

A pocos días de que se celebre, otro año más, el sorteo de Lotería de Navidad del día 22 de noviembre, hemos querido conocer un poco más de su historia.


Por Sonia Blanco (@pensadoramadrid), en colaboración con La Curvy de Adeje.


La lotería nacional, cuya definición conforme la RAE es de rifa o sorteo que tiene autorización pública ya era conocida en el siglo XVI, en Francia, por el año 1539, en tiempos de Francisco I. Entre 1580 y 1590, se introdujo esta en Venecia y en Nápoles.

A partir del siglo XVII se desarrollaron dos tipos de juegos, en los que el jugador no poseía casi garantías, pero la hacienda no tenía casi riesgos.

La primera de ellas se le llamó lotería genovesa (lotto), en la cual los jugadores elegían un número de un conjunto y los premios dependían de porcentajes, según el volumen de ventas. Este tipo de lotería era la que dominaba en el sur de Europa.

El segundo tipo se llamó lotería holandesa o de clases (klassenlotterie), extendida por el centro y norte de Europa, que consistía en una sencilla rifa de premios para los boletos sacados a la suerte del montón de papeletas vendidas.

Fuente: Biblioteca Nacional de España.

Pero son innumerables los años que la lotería llevaba existiendo hasta esa fecha. A pesar de que su origen no es claro, se sabe que la primera rifa se organizó para poder sufragar el gasto de la finalización de la Gran Muralla China, por parte del emperador.

En el Imperio Romano, según manuscritos encontrados, se solían sortear todo tipo de objetos (incluidas tierras y propiedades) en fiestas de diversa índole (bacanales, por ejemplo). En cuanto a los emperadores, realizaban loterías privadas en sus palacios, donde los invitados recibían un trozo de pergamino, con el cual obtenían regalos, como esclavos, o villas junto al mar.


En 1685, el arzobispo Ruffo ataca este tipo de juegos, considerándolos como algo anticristiano. A pesar de ello, es algo que se implantó progresivamente en todos los países.

En España, un decreto de 30 de septiembre del 1763 hizo que España creara la Real Lotería. Es una nueva institución, creada por el Estado, el cual tenía su propio arca (tesorería) y dependía de la hacienda general, que era la que respondía a los premios. En ese momento, las ganancias eran destinadas en su mayoría para hospitales, hospicios, obras públicas y el vasallaje del Antiguo Régimen. Este decreto fue parte de una obra de referencia sobre los tributos reales.

Anteriormente a esto, en 1636, bajo la Corona en Castilla, ya se estaban gravando los impuestos (no al juego, sino fabricación), con la creación del estanco de los naipes que servían de distracción, sin asociarse a apuestas.

La Hacienda, con la creación de lotería nacional, disfrutaba de otra fuente de ingresos para el pago de los empleados públicos, además de los gastos de impresión e importe de los billetes que no se vendían.

De los dos grandes modelos de sorteos, de Nápoles se trajo el sistema italiano Carlos III. Era una complicada modalidad, pero atractiva para los jugadores, por las numerosas combinaciones, al no estar los premios prefijados y depender de aquel porcentaje que la Corona recaudara, para ello.

En abril de 1778 ocurrió algo insólito. Los números acabados en 12, 19 y 69 eran sobre los que más apuestas se recibían (hasta 4 millones de reales), arriesgando el rey en demasía, teniendo que cerrar las apuestas sobre estos, al ser demasiado populares y otros quedarse desiertos.

Gracias a las ganancias que estaba obteniendo, por la ludopatía existente en aquella época, el monarca Carlos III impulsó (tanto en España como en Indias) la creación de reales fábricas, colonización de baldíos, impulsar las compañías de comercio ultramarino, y el desarrollo urbanístico de Madrid, entre otros.

Desde entonces, como dijo Vicente Santamaría de Paredes (abogado y político español, del siglo XIX), el azar se había elevado por el Estado a la categoría de institución administrativa.

Fuente: Biblioteca Nacional de España

¿EXISTIERON FALSIFICACIONES?

Sí. A pesar de que los recibos y pagarés que se daban como título de juego evitaban los abusos, en la mayoría de casos, no impidieron las falsificaciones, que eran castigadas con años de prisión o penas de destierro. Un ejemplo lo tenemos en documentos que podemos encontrar en la Secretaría y Superintendencia de Hacienda, con papeles sobre un suceso acaecido en octubre de 1773, donde un eclesiástico y varios militares falsificaron pagarés, siendo apresados por el Estado.

Pero este no fue el único caso. Tenemos otros de pagarés manipulados por Santos Chaves, en septiembre de 1773; y otros de sustracción de pagarés.


¿EXISTÍA EL MERCADO ILÍCITO DEL JUEGO?

También estaba presente, y lo podemos observar por el código penal de 1848, donde se condenaba a los banqueros y dueños de casas de juego de suerte, envite o azar, y a los expendedores de rifas no autorizadas. También se castigaba a los jugadores que aparecían en este tipo de sitios.

Y no solamente existían este tipo de penas. También, si los jugadores de casas ilegales eran empleados públicos, se les anotaba en expediente y se ponía en conocimiento del ministerio correspondiente al que pertenecían.

En los años de la restauración canovista, se recuerda que el juego es un vicio contra la moral, y cuya ley debe reprimir.


Las rifas fueron prohibidas desde 1815 y hasta 1865, durante 50 años, siendo en este último cambiado solamente como forma de premiar el trabajo y aliviar a la industria nacional.

Durante los años 1812 al 1862, convivían dos tipos de loterías. La Lotería Nacional estaba destinada a pocos jugadores, debido a su elevado precio, mientras que la Lotería Primitiva era más económica y accesible. Con la supresión de la Primitiva, en el año 1862, los sorteos de Lotería Nacional eran más económicos, organizándose hasta tres sorteos, según la capacidad económica de cada consumidor, y así atraer también a los que consumían Primitiva. Recordemos que el jornal de un albañil en esa época era de 4 reales, y un boleto de la Lotería Nacional podía llegar hasta 40 reales.

La situación fiscal durante la segunda parte del siglo XIX y principios del XX hizo que la hacienda pública tuviera superávit presupuestario, provocando a que los ministros de esta cartera no quisieran renunciar a estos ingresos.

Fuente: Loterofilia

Desde 1889, se celebraron tres sorteos mensuales los días 10, 20 y 30 de cada mes. Estos sorteos estaban constituidos por una sola seria, excepto el último, que tenía siempre dos, al ser el más económico.

El Sorteo de Lotería de Navidad ya se celebraba desde el año 1823, donde fue premiado el número 01879. No obstante, se denominó, como tal, de Navidad, dicho sorteo en 1910.

Aquí les dejo un vídeo con una pequeña píldora informativa de principios del siglo XX, sobre el sorteo de loterías (realizado por Radio Televisión Española):

Fuente. RTVE.

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